La Gioconda o Mona Lisa es uno de los retratos más emblemáticos de la historia de la pintura. Pintado por Leonardo Da Vinci en el siglo XVI, entró a las colecciones de la corte de Francia para finalmente formar parte de las obras de Arte exhibidas en el Museo del Louvre.
Un cuadro en las valijas de Leonardo Da Vinci
Se dice que Leonardo Da Vinci habría llevado el retrato de la Gioconda consigo cuando fue invitado a Francia por el rey Francisco I. La historia cuenta que el artista y científico italiano tenía el retrato femenino durante su estancia en el castillo de Clos Lucé (conocido también como mansión de Cloux), cerca de Amboise (castillo del Loira).
Desde entonces, la Gioconda formó parte de las colecciones reales y fue exhibida en el castillo de Versalles durante el reinado de Luis XIV. Llegó al Louvre en 1797.
Una estética con referencias
La técnica de composición de la Gioconda hace que esta sea una de las obras más estudiadas de la historia del arte y por los artistas aprendices. Es apreciada por su encuadre muy moderno, como un retrato que se podría realizar en nuestros días. Más sutilmente, se crean efectos ópticos por la ubicación de los ojos de la joven y su sonrisa discreta. Hay quienes dicen que se siente la impresión de ser observado constantemente por la Gioconda, cualquiera sea la posición desde la que uno la mire. Esta anécdota demuestra los conocimientos científicos y anatómicos de Leonardo Da Vinci. En cuanto a la célebre sonrisa de la Mona Lisa, hay testimonios de que un grupo de músicos tocaba durante las horas de trabajo del pintor para que ella mantuviese esa actitud alegre.
El fondo también es un caso de estudio. La técnica del sfumato se utiliza para crear una perspectiva que se funde con suavidad.
La construcción de la leyenda de la Gioconda
Sin duda, esos misterios hicieron que la Mona Lisa llegara a ser tan famosa. Sin embargo, ¿es verdaderamente Lisa la retratada? Se ha informado que el patrocinador del cuadro de Leonardo Da Vinci era un noble instalado en Florencia. Francesco del Giocondo enviudó dos veces y en 1495 se casó con una joven llamada Lisa. De esta historia surge el nombre con el que se conoce a este pequeño cuadro de 77 x 53 cm. Según otra teoría, la joven representada era una favorita de Juliano de Médici, dirigente de la República florentina. Hasta hoy, el misterio sigue sin resolverse.
La Gioconda se hizo popular para el público en general por la amplia difusión de su robo, en 1911. La prensa cubrió el hecho: se preguntaba quién podría haber robado la Gioconda, por qué y, sobre todo, ¡cómo! El cuadro se recuperó; el culpable era un italiano muy chauvinista llamado Vincenzo Peruggia. Su acto se basó en su deseo de restituir la obra a su país natal.
La Gioconda en la cultura popular
En 1919, Marcel Duchamp no dudó en tomar el retrato de la Mona Lisa para emitir su propia versión. Le escribió «LHOOQ», que en inglés se lee «look» («Mira») y en francés, si se lee letra por letra, suena como una broma obscena. En 2003, los más de 80 millones de ejemplares vendidos de la novela de Dan Brown el dieron a la Gioconda una nueva dimensión. Esta constituye el centro de uno de los misterios enunciados en «El código Da Vinci», la novela de suspenso esotérica de éxito internacional.
La Gioconda nunca deja de sorprendernos. Sus misterios atraen al público al punto de convertirla casi en el icono del Museo del Louvre. Para verla, vaya al Departamento de Pinturas del Louvre, Ala Denon, sala 6.